En caso de presentarse en otoño (época de cosecha), afectará directamente al grano de uva, provocando su partidura y permitiendo el ingreso de hongos, lo que reduce su calidad. Las heladas otoñales también marcan el fin del ciclo de la vid, pues detiene su crecimiento y comienza a botar las hojas.
Las heladas invernales no son peligrosas, pues se producen cuando la vid se encuentra en estado de hibernación, sin hojas ni tejidos tiernos que puedan ser afectados.